Cuatro manos de Calixta.

Esta es la tercera ocasión que doy bienvenida a jóvenes estudiantes para realizar sus prácticas en el taller. Se los presento.

Ya acabó el periodo, más aún es tiempo para agradecer y anunciar quienes estuvieron conmigo en el 1er semestre del año que estamos por cerrar.

La dinámica es así: les envío algunas preguntas guía y despúes transfiero algunas de sus respuestas a esto que les comparto. Lo que más me gustó de esta dinámica es que su percepción sobre el trabajo con cerámica es muy real. La cerámica tiene su lado poético y bonito, es increíble manipular un material tan suave y tan docil, más también hay retos propios de la disciplina y propios de lo que Calixta es hasta hoy.

Ella es Daniela.

Daniela Beltrán Guerra. 22 años. Estudiante de 9no semestre de UDEM. Diseño Industrial.

Daniela Beltrán Guerra. 22 años. Estudiante de 9no semestre de UDEM. Diseño Industrial.

Dani es una persona que da bienvenida a retos diferentes con curiosidad y apertura. Se dice persona de tarde/noche, sus prácticas fueron en la mañana así que hubo que salir de su zona de confort por estar concentrada y tener energía para esas jornadas de amasado y cargar moldes no tan ligeros. Le gusta saber hacia donde va y tener claro cuál es el objetivo. En la práctica en el taller aprendió que hay que tener paciencia a que el producto final pueda ser o no exacto a lo que uno espera. De eso se aprende mucho todos los días en el taller. 

Sobre trabajar con cerámica dice: "es complicada, es distinta"; "son muchas cosas en las cuáles tienes que ir trabajando en medida que la cerámica quiera". 

Lo que más disfrute en el taller fue el poder pasar tiempo sola, poder tranquilizarme y al momento de estar ahí, no pensar en nada más que en que me salga la pieza. Era un momento de tranquilidad.  

Algo que es único de cuando recibo practicantes es la manera en como cada quien desarrolla su relación con el material. Observar esto me ayuda a conocerlos mejor.

A Dani le gusta cocinar pastas, la boloñesa ya la domina y tiene pendiente aprender la salsa cremosa de un fetuccini alfredo. Le gusta comer de todo, probar, la misma curiosidad de aprender cosas nuevas la tiene en probar nuevos sabores. 

Tiene dentro de sus planes viajar mucho, conocer nuevos lugares, "mochilazo" por un par de meses, trabajar con madera y concreto, definitivamente continua en el camino del diseño industrial "es una pasión que tengo" ¡estoy cierta que esta lista para todo esto y más! 

Él es Gustavo.

Gustavo A. Cárdenas Menchaca. 25 años. Estudiante de 9no semestre de CEDIM. Diseño industrial.

Gustavo A. Cárdenas Menchaca. 25 años. Estudiante de 9no semestre de CEDIM. Diseño industrial.

Gustavo es una persona perceptiva, se asombra y es sensible a sus entornos. Él me acompaño por las tardes en el taller. Es parte de su personalidad el ofrecer apoyo, tratar de solucionar algo, ser positivo y buscar la manera en como hacer procesos más eficientes. Más de una vez mientras trabajaba tenía comentarios de posibles herramientas o pequeños inventos para sistematizar un proceso. 

De la cerámica dice "es interesante, a veces amigable y ciertas veces no" , disfrutó sus tardes solo en el taller trabajando con las manos con tranquilidad, paciencia y enfoque. 

Las cosas no salen bajo presión, hay que aprender a mantener la calma. 

Lo suyo es la carne asada, con sus complementos - cebolla, aguacte, betabel - esto dice es lo que más disfruta cocinar y si es en una noche fresca acompañando con una cerveza fría - mucho mejor. 

Sus planes incluyen una maestría de preferencia en otro país, viajar por México y claro esta, seguir su relación con el diseño industrial "estar pensando constantemente en nuevos productos de diseño contemplando sus materiales y tecnologías". ¡Lo veo perfecto haciendo esto!


Trabajar con personas que tienen un nuevo acercamiento con el material me hace sentir un poco de nostalgía y recordar la manera en como la disciplina te enseña constantemente lecciones de cambio: en abrir el horno (y ver que sucedió despúes de 3 días de espera), intentar un nuevo proceso, hacer un nuevo color, sentir la incertidumbre de preparar una nueva mezcla de material por primera vez y sobre todo me enseña a tener presente que el trabajar de manera manual con un material vivo exige tener una mente abierta, desapego a lo que uno hace con mucha humildad y a aceptar que no todos los días son días de taller.

Agradezco muchísimo a Dani y Gustavo sus horas en el taller. Su paciencia, buena energía y actitud, así como su respeto y honestidad. Cantamos, platicamos, nos reimos, nos sentimos contentos, enojados, reflexivos y/o tristes,  nos empolvamos hasta las pestañas. Hubo pastel, elotes, vasos de agua con mucho hielo después de amasar mientras el horno estaba funcionando y una que otra salida a comer para probar cosas nuevas  ¡tenemos una pendiente! ;)

Vange TamezComment